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8 consejos para utilizar la caja de cambios automáticas

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8 consejos para utilizar la caja de cambios automáticas

8 consejos para utilizar la caja de cambios automáticas

¿Te gustaría usar la caja de cambios automáticas como un pro? No te pierdas nuestros 8 consejos para que lo consigas.

Fundamentalmente existen tres tipos de cambios automáticas: las tradicionales con convertidor de par, las de transmisión variable continua (CVT) y las de doble embrague que combinan los beneficios de una caja manual y una automática, conocidas principalmente como Dual-Clutch Trasmission (DCT).

Como habrás podido ver en los posts externos que te acabamos de recomendar, cada caja automática funciona de forma similar, pero con variantes entre sí. Para evitar confusiones, nosotros queremos compartir contigo 8 consejos para que puedas utilizar cualquiera de las tres cajas de cambios automáticas de la forma más eficiente:

1. Freno + cambio

La caja automática no está diseñada para hacer cambios en movimiento, todo lo contrario. Por eso es importantísimo que cambies de modo pisando siempre el freno. ¿Por qué? Porque cuando cambias de modo con el coche en movimiento sometes al sistema a una presión exagerada que puede acabar pasando factura a corto-medio plazo. Paciencia: no pretendas cambiar de modo sin estar pisando el freno a la hora de hacerlo.

2. Cambios en parado

Existe la mala costumbre de cambiar de marcha adelante (D) a marcha atrás (R) constantemente sin esperar a que el vehículo se detenga por completo. Esto suele ocurrir generalmente al aparcar o al querer iniciar la marcha. Este ejercicio reduce drásticamente la vida útil de la caja de cambios automática porque, en cierta forma, hacemos que sea la propia caja la que actúe como freno del vehículo cuando no está diseñada para esa finalidad. Sin prisas: no cambies de modo hasta que el vehículo se haya detenido por completo.

3. Siempre en marcha (D) en cuesta abajo

Llegamos al falso mito que dice que poner el punto muerto (N) cuesta abajo hace que el coche consuma menos combustible. Si eres de los que hace esto, te invitamos a comprobar por ti mismo la falsedad de esa afirmación, echa un vistazo al ordenador de abordo que te mostrará el cálculo de consumo a tiempo real. ¿Entonces? Pon la directa (D) en cuesta abajo, con ella el coche no consumirá combustible porque serán las ruedas las que se encarguen de mover al motor y no existirá ningún tipo de inyección de combustible en los cilindros. Eso si queremos preocuparnos por el consumo. Más allá de esto, existe una razón de seguridad para dejar la “D” en cuesta abajo y es que quitar la marcha (dejando “N”) hace que pierdas cierto control sobre el vehículo. Si sucediera algo inesperado, no podrías acelerar directamente y perderías instantes vitales de reacción. Además, ir en punto muerto en bajada, puede sobrecalentar los frenos, ya que prescindiríamos del uso del freno de motor. Hagamos lo correcto: deja siempre la directa (D) en cuesta abajo.

4. Salir disparado

Algo que no recomendamos salvo caso de extrema necesidad. Para su puesta en práctica, muchas personas tienden a pisar el acelerador en “N” para después cambiar a “D” y salir con la máxima aceleración posible. Ese acto está totalmente fuera de lugar, ya que obliga al sistema de fricción a engancharse a un alto giro del motor en tiempo récord y va a sufrir en demasía. Si realmente quieres salir “como una bala” (aunque no se nos ocurre razones para ello), deberías preocuparte por poner el coche en directa “D”, pisar freno, mantenerlo pisado, acelerar a tope pisando el acelerador y soltar el freno en el momento en el que desees iniciar la marcha. Afortunadamente los coches modernos tienen capada estas dos posibilidades para preservar la seguridad vial y del conductor. No obstante, otros vehículos, generalmente deportivos, disponen del modo launch control para salir a máxima aceleración. No hay necesidad: esperamos, si tu coche es de los que lo permite, que no pongas en práctica este arranque salvo en caso de extrema y real necesidad.

5. Siempre en marcha (D) en semáforos

En la mayoría de los coches automáticos, aunque en algunos se puede configurar, la directa (“D”) fuerza al coche a avanzar por sí solo una vez puesto el modo. Por esa razón, existe la creencia de que esperar en los semáforos dejando la “D” puesta y pisando el freno es mala idea porque, de alguna manera, afecta negativamente al motor y a la mecánica del vehículo haciendo que muchas personas tiendan a poner la “N” en su lugar. No es recomendable hacer esto último, la fuerza del freno siempre va a ser superior a la del motor incluso en los momentos más exigentes. Si la intención es ahorrar combustible, no se nota casi diferencia dejando el coche en “N” o en “D” con el freno pisado y recuerda que el punto muerto hace que dejes de tener cierto control del vehículo. Lo mejor para ahorrar consumo, si el tiempo de espera es suficientemente largo, es apagar directamente el motor y poner el freno de mano. Yo ni pensaría en el punto muerto: verdaderamente no va a suponer una ventaja.

6. La “P” en su debido momento

¡Ojo con la P de parking! Poner el modo parking antes de que el vehículo se haya detenido puede conllevar una buena sacudida en la cabeza y un gran sufrimiento para la caja de cambios. Al final, la “P” sirve para bloquear la caja automática y también el giro de las ruedas y activarla con el coche en movimiento puede debilitar drásticamente ambas cosas y reducir su vida útil. Calma: espera a que el vehículo se pare por completo y haz uso del modo parking.

7. Estacionamiento

Primero el freno de mano y después la “P”. Existe la mala costumbre de poner la “P” y no frenar o hacerlo después de ponerla. Mucho cuidado con esto porque hace que el cerrojo dé un golpe contra el piñón y puede llegar a partirse. Así que ya sabes: espera a que el coche se detenga del todo, pon el freno de mano, pisa el freno y pon el modo parking. El método DFFP: detención, freno de mano, freno y “P”. ¡Así de fácil!

8. Arranque

Arranca el motor, pisa el freno, pon el modo deseado (“D” para avanzar o “R” para retroceder), quita el freno de mano, levanta el pie del freno y pisa el acelerador para iniciar la marcha. ¿No es mejor quitar el freno de mano y ya después cambiar de modo? No, si sueltas el freno de mano antes el peso del coche recaerá sobre el cerrojo y estaremos forzando el mecanismo. A, B, C: arranca, pisa el freno, pon el modo, desactiva el freno de mano, levanta el pie del freno y pisa el acelerador para iniciar la marcha.

En definitiva, la caja de cambios automáticas no deja de funcionar como cualquier cosa en la vida: cada uso conlleva un desgaste y cada desgaste supone la reducción paulatina de su vida útil. Así que ya sabes, empieza a aplicar estos 8 consejos y utiliza la caja de cambios automáticas como un verdadero profesional alargando su vida al máximo.

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