En lugar de comprar el coche que más te gusta, lo alquilas. De esta forma te despreocupas porque el mantenimiento, el seguro y muchos otros servicios están cubiertos. Solo tendrás que prestar atención a las cuotas mensuales que deberás pagar para disfrutar del coche que elijas durante el periodo determinado en el contrato y respetando el kilometraje máximo permitido. Como ves, es una forma sencilla de planificar tu gasto menusal ¡sin sorpresas!
Nunca tendrás costes imprevistos y todos los servicios necesarios para que conduzcas un coche están cubiertos (desde la asistencia en carretera hasta el mantenimiento y el seguro). No tendrás que pagar ninguna entrada y tampoco una cuota final, solo las mensuales que estén establecidas en el contrato del servicio. Además, no te deberás preocupar por la devaluación del coche que elijas y podrás conducir siempre los últimos modelos y versiones.
A la empresa de renting que te lo alquile. Es importante tener presente que el coche en ningún caso es tuyo.
Aunque este impuesto suele estar incluido en cualquier modalidad de renting, te recomendamos que preguntes a la empresa de alquiler para asegurarte.
Tienes varias opciones: 1) Compar el coche (si la empresa arrendadora lo permite). 2) Continuar conduciendo el coche pagando las cuotas mensuales establecidas (esto debe ser previamente acordado con la compañía que te alquila el vehículo). 3) Cambiar el coche por otro (será necesario un nuevo contrato de servicio). 4) Devolver el vehículo y finalizar la relación contractual.
Si lo superas, tendrás que afrontar un cargo extra por kilómetro excedido. El coste deberá estar contemplado en el contrato de servicio.
Desde un día hasta años. Esto depende de cada compañía de alquiler de coches y del coche que te interese.
Al final la decisión es siempre tuya, pero sí es verdad que el renting ofrece numerosas ventajas que te pueden interesar: 1) Te permite conducir un coche entre 2 y 3 años y disfrutar de él sin ataduras (más allá del pago de las cuotas mensuales). 2) Te quitas de problemas y gastos asociados a la compra de un vehículo. 3) Al final pagas unas cuotas mensuales y no entradas y cutoas finales… Además las cuotas mensuales del renting no están condicionadas por las diferentes fluctuaciones de los tipos de interés. 4) No necesitas hacer un gran desembolso inicial para contratar un renting. 5) Te despreocupas sabiendo que el seguro a todo riesgo, los mantenimientos, la asistencia, las reparaciones y las averías nunca más serán una preocupación. 6) Te olvidas de la depreciación… La mayoría de los coches pierden el 50-60% de su valor durante los tres primeros años de vida. 7) El renting es un gasto fiscal deducible para cualquier empresa siempre y cuando su contratación esté destinada al uso profesional de la compañía arrendataria.